La Responsabilidad Social Corporativa en las empresas es un elemento central desde que, a partir de los años 70, las empresas dejaron de preocuparse tanto por ganar dinero a corto plazo y empezaron a pensar en cómo hacerlo de forma que la huella que dejaran a su paso también fuera positiva.
Hoy queremos contarte la utilidad que tiene utilizar una estrategia de RSC en tu empresa y por qué esto te será muy útil a la hora de crear comunidades de consumidores mucho más comprometidas contigo y con tus valores.
¡Empezamos!
¿Qué es la Responsabilidad Social Corporativa?
Si aún no sabes en qué consiste la Responsabilidad Social Corporativa ha llegado el momento de resolver todas tus dudas.
Aunque su nombre es bastante revelador, la RSC sirve para gestionar las actividades, acciones y recursos de la empresa de tal forma que generen un impacto positivo sobre los clientes, empleados, accionistas, entorno local, medioambiente y sobre la sociedad en general.
En definitiva, tratan de conseguir una cierta responsabilidad social empresarial que permita a los negocios contribuir a mejorar el mundo, en vez de a empeorarlo.
¿Por qué necesitan las empresas un plan de RSC?
Hay una serie de elementos históricos que han traído a las empresas hasta el punto en el que nos encontramos actualmente. La ideación de un sistema global en la década de los 90, así como la expansión de la globalización en los últimos 30 años se hizo bajo la premisa de que esto iría acompañado de un crecimiento sin precedentes que beneficiaría a todos y, spoiler: no ha sido así.
Tres décadas más tarde, vemos como la globalización ha tenido como principales consecuencias:
- La consolidación de grandes empresas como líderes que acaparan la mayoría de la cuota de mercado
- Los procesos de deslocalización, que han producido que grandes empresas lleven su producción a países con derechos laborales muy limitados
- La flexibilización de las jornadas de trabajo y el pluriempleo como forma de subsistencia para cada vez más trabajadores (la idea del “trabajador pobre” como norma, y no como excepción
Todo esto en un contexto de permisividad donde las empresas han ido ganando cada vez más poder de negociación de cara a los estados.
Sin embargo, no es todo malo, y de hecho ahí radica la importancia de la RSC de las empresas. Este plan organizativo sirve precisamente para amortiguar toda esta crítica que podemos hacer a la sociedad globalizada en nuestra empresa, revertir las externalidades negativas y fomentar las externalidades positivas sobre los derechos sociales, laborales, medioambientales y, en definitiva, sobre los Derechos Humanos.
Áreas de la RSC
Cuando hablamos sobre áreas en las que interviene la RSC, lo primero que debemos entender es que esto es una cuestión transversal, es decir, lo atraviesa todo.
No podemos incluir dentro de nuestra RSC cuestiones como la igualdad de género si no introducimos dentro de nuestra empresa inversiones en igualdad, promoción del lenguaje no sexista, estructura igualitaria en todos los niveles de la empresa (incluidos los niveles ejecutivos), etc.
Tampoco podemos hablar de RSC si las acciones que llevamos a cabo son puntuales. Para hablar de Responsabilidad Social Corporativa, se deben cumplir, al menos, las siguientes características:
- Que esté vinculada a la actividad de la empresa
- Que esté formulada para durar en el tiempo
- Que implique el compromiso de todas las partes de la empresa
Las áreas del RSC, a pesar de que, como tal, no existe un acuerdo escrito ni una doctrina irrefutable en torno a esto, suelen ser las siguientes:
- Derechos Humanos
- Prácticas laborales
- Protección del medio ambiente y la salud
- Anticorrupción y fraude
- El consumidor en el centro
¿Cuáles son los principios que hacen que la Responsabilidad Social Corporativa genere impactos positivos sobre la sociedad?
Los principios que convierten a la RSC en una herramienta útil para la sociedad en general son los siguientes:
- Actividad de acuerdo con la ley. Todo plan de RSC debe tener, como condición necesaria pero no suficiente, desarrollar todas sus actividades tal y como indica la legislación vigente en el lugar en el que desarrolla su actividad, sin perjuicio de mejorar incluso esas condiciones (por ejemplo poniendo salarios más altos que el convenio colectivo, o reduciendo sus residuos por debajo del mínimo, entre otros).
- No es puntual, es transversal. La RSC no es una serie de actividades sueltas que sirven para dar buena imagen, es todo un plan estratégico diseñado para que la empresa lleve a cabo sus acciones de forma responsable con su actividad, con la sociedad y con el medio ambiente, y esto implica desarrollar estrategias que afecten a todos los sectores y niveles de la empresa.
- Tiene una dimensión eminentemente ética, no solo reputacional. Las estrategias de reputación de tu marca son, por término general, más baratas y menos trabajosas que desarrollar un plan de RSC para tu empresa. El diseño de la RSC de tu negocio debe estar enfocado a una dimensión ética, que muestre el compromiso de tu marca con la sociedad en la que vive, y esto no es una cuestión de dinero, es una cuestión de integridad. La reputación que la acompaña es una consecuencia más de tu plan de RSC, pero nunca debe de ser el objetivo principal, puesto que además de no ser rentable hacerlo únicamente por este motivo, tampoco sería ético.
- Sirve para gestionar el impacto negativo de tu negocio. Cuando desarrollas un negocio, dependiendo de a lo que te dediques, puedes generar mas o menos impactos negativos sobre la sociedad, el medio ambiente o los derechos humanos. Es por este motivo por el que deberás poder cuantificar dichas externalidades y contrarestarlas, de tal forma que el cómputo general sea positivo.
- Plantéate a quién satisface tu plan de RSC. El principal sector al que debes complacer con tu plan de RSC es a los grupos de interés de tu entorno. Ten en cuenta que los grupos de interés trabajan por visibilizar realidades a menudo invisibilizadas o ubicadas en los márgenes del sistema. Si les proporcionas espacios para desarrollar sus actividades sociales o te comprometes con sus causas apoyándolas, los grupos de interés verán en ti un gran colaborador, y tu fama y reputación crecerán en consecuencia, así como tus ingresos en cuenta. A pesar de que ese no es el motivo por el que debemos desarrollar este tipo de planes, siempre viene bien contar con apoyo cuando los desarrollamos.
Estos son los cinco principios básicos del plan de RSC, sin embargo, hay motivos de sobra para diseñar nuestro plan y poner en marcha acciones que limiten nuestra influencia negativa sobre la sociedad.
Desde Demadi consideramos que vivimos en un mundo complejo, precario, y con grandes retos globales que afrontar. Y aunque fomentar cuestiones como el reciclaje o la gestión de los problemas sociales desde lo personal siempre es algo necesario, debemos destacar que las empresas y los estados tienen una gran labor en esto que no es para nada desdeñable.
Solo cuando afrontamos desde lo colectivo las distintas problemáticas del mundo moderno conseguimos hacer cambios reales, y la RSC nos permite comprometernos con el mundo en el que vivimos, y que desde las empresas muchas veces vemos desde fuera.
Así que hoy, ahora que has leído esto, es un buen momento para pensar en cómo tú y tu empresa empezaréis a contribuir a crear un mundo mejor, afrontando desde lo colectivo las problemáticas sociales, y aportando vuestro granito de arena para reducir en la medida de vuestras posibilidades el impacto que la economía empresarial tiene sobre el mundo.
Si la sociedad nos da riqueza ¿No merece la pena devolvérselo contribuyendo a crear un mundo mejor para todos?